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Residencia Pío XI

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Diego Pérez, Letrado del Tribunal de Cuentas: «Cuando suspendes 4 veces hay que estar abierto a otras alternativas, a optar a oposiciones con un temario parecido»

Diego Pérez Echeverría tiene 29 años y el pasado 3 de noviembre aprobó la oposición de acceso al Cuerpo superior de Letrados del Tribunal de Cuentas. Lleva más de 7 años viviendo en la Residencia Pío XI, preparándose la oposición de Abogado del Estado. Pero el pasado año, al suspender la cuarta convocatoria a la que se presentaba, se planteó abrir el abanico y opositar a algún cuerpo cuyo examen fuese parecido. Así decidió hacerlo para el Tribunal de Cuentas y ha aprobado en un año, aunque seguirá estudiando en la Residencia Pío XI para presentarse por última vez a Abogado del Estado e intentar alcanzar su primer objetivo.

¿Cuál ha sido para ti el peor momento en tu largo proceso como opositor?

Puedo decir varios. Aquellos en los cuales uno piensa que quizá no llegue o que es demasiado difícil. Cuando estás haciendo los exámenes prácticos de una oposición que duran 6 horas y no sabes si te va a dar tiempo a terminar el ejercicio. El momento en el que va a salir la nota final, se vive con cierto nerviosismo porque claro, uno cuando está opositando, oposita él y sus padres, sus hermanos, sus amigos…y tienes la ilusión de darles a ellos la alegría de decirles he aprobado. Y por supuesto, en estas oposiciones no, pero en las de Abogado del Estado, ha sido un bajonazo cada vez que he suspendido.

¿Cómo se siente uno cuando consigue aprobar?

Uno cuando aprueba la oposición tiene una sensación de subidón. Es el momento en el que llegas a la meta, sientes una gran emoción. Ahora, yo lo pongo en el contexto de mi situación actual, porque yo sigo estudiando la oposición de acceso a al cuerpo de Abogados del Estado, que es la que propiamente llevo estudiando estos 7 años. Esta oposición del Tribunal de Cuentas, al ser el mismo temario, lo he podido reciclar y ha sido todo muy rápido. La empecé en marzo y aprobé el otro día. Siempre hay que estar abierto a otras alternativas.

¿A qué se dedica un Letrado de Tribunal de Cuentas?

El Tribunal de Cuentas es una institución que tiene rango constitucional en España, aunque es verdad que es bastante desconocida. Se dedica a la fiscalización de la buena gestión de los fondos públicos.  Cuando una administración pública gestiona los impuestos que pagan los ciudadanos, posteriormente esto es fiscalizado por el Tribunal de Cuentas. Si se entiende que ha habido algún tipo de incumplimiento o negligencia, el Tribunal de Cuentas puede imponer una responsabilidad civil respecto de estos supuestos incumplimiento. También, por ejemplo, cuando un sujeto particular obtiene un beneficio de la Administración. Si no cumple con las finalidades para las cuales se le otorgó esa subvención, también se le puede exigir esta responsabilidad. Entonces, el cuerpo superior de letrados se dedica al asesoramiento de ese tipo de procedimientos y también al asesoramiento general de la institución.

¿Cómo definirías tus años de opositor?

Estos 7 años y 2 meses los definiría como años de mucho crecimiento, no solo desde el punto de vista académico, que también. Porque claro, uno estudia la carrera de derecho y aprende sobre leyes, pero la oposición no tiene nada que ver, es una profundización absoluta en lo que es la legislación española. En ese sentido es muy enriquecedor, pero también desde otros dos puntos de vista. El personal, porque aprendes a conocerte a ti mismo, conoces cuáles son tus debilidades, tus puntos fuertes, las cosas que a priori te pueden perjudicar más. También, en buena medida, porque pasas muchas horas en silencio y eso ayuda a pensar en las cosas. Aprendes otras cuestiones de carácter personal, como lo relativo a lo que se refiere al autogobierno, a la capacidad de sacrificio, a organizarte bien, a llevar un horario. Eso es realmente positivo. Si añades el hecho de vivir en una residencia, añades otras cuestiones que te enriquecen; los compañeros, cómo son, su forma de vivir…

¿Cuáles son las ventajas de estar en una residencia como la Pio XI mientras opositas?

 En primer lugar, materiales, que son las que a priori todo el mundo ve y lo que te atrae y te lleva a buscar una residencia. La ventaja de tener todo listo para tú dedicarte a estudiar y nada más. Otras ventajas que nos ofrece es tener un gimnasio aquí que es una gozada porque puedes ir a hacer deporte en cualquier momento del día. Otras muchas ventajas son las amistades que puedes forjar y el apoyo que te brindan. La oposición es un sistema que a priori puede llevarte a encerrarte en ti mismo mucho y creo que si lo haces en un piso o en tu casa eso te ocurre mucho más. En ese sentido convivir con más gente que hace lo mismo que tú también te puede ayudar a abrirte. Creo que el compañerismo es algo que se puede vivir muy bien en una residencia de opositores. 

La Fundación Pablo VI pone en marcha la Escuela de Oposiciones Herrera Oria que arrancará su actividad en enero, abierta a todos los opositores, también a los que residen en la Pío XI. ¿Crees que puede ser una ventaja tener residencia y escuela en el mismo edificio?

Creo que es positivo por una cuestión logística porque, por ejemplo, en las semanas previas a los exámenes, que es verdad que siempre puede ser un poco más agobiado, no tienes que trasladarte.

Entiendo que habrás tenido momentos de bajón o dudas después de presentarte a cuatro convocatorias y no aprobar ¿qué le dirías a un opositor que está pasando por un mal momento?

Le diría eh dos cosas. Lo primero, que sea consciente de que esto es un viaje largo, con lo cual va a haber momentos buenos, momentos malos y momentos regulares. Hay que asumirlo como algo normal. Si uno tiene un mal momento hoy, que sea consciente que posiblemente la semana que viene estará como si nada. Lo segundo, la importancia de hablar las cosas con aquellas personas que le pueden ayudar: preparadores, familiares, amigos… quien sea, nos ayuda mucho compartir cómo nos sentimos. También porque aquí en la residencia hablas con gente que te entiende o que se encuentra en la misma perspectiva que tú.

¿Por qué decidiste opositar?

 Es algo que estuve bastante claro durante la carrera porque notaba que no me costaba estudiar. Me veía con constancia, con capacidad de trabajar y capacidad de hacerlo. En el tercer verano de la carrera, probé un despacho de abogados para ver si efectivamente eso me cambiaba la idea. Aunque me gustó ese trabajo, no me la cambió y me lancé a opositar.

¿Cómo ves tu futuro profesional? Porque, por un lado, ser funcionario da seguridad, pero por otro, parece que puede llegar a ser un trabajo algo monótono

Uno cuando piensa en un funcionario puede pensar “vale tengo la vida resuelta con 30 años” o “este trabajo es rutinario y monótono”. En ese sentido yo creo que hay que intentar ser dinámicos siempre, intentar renovarse siendo consciente de que al final los funcionarios sirven a la ciudadanía, al interés general y al bien común con lo cual lo que hay que hacer es tener esa vocación constante de hacerlo mejor. Es una grandísima suerte tener a priori mucha seguridad en relación con lo que es la estabilidad que te da la plaza, pero también ser consciente de que esto hay que trabajarlo cada día y ganárselo cada día.